Leí el discurso de Saramago, me sigo emocionando cada vez que lo releo. Me parece tan hermoso en un acto tan importante de su vida comenzar hablando de sus abuelos Jerónimo y Josefa, de su difícil vida, de sus trabajos, de su intrahistoria, pero sobre todo con esa carga de ternura y sensibilidad que solo los grandes saben hacerlo.
Entre las muchas anécdotas que nos cuenta me viene a la memoria aquella en que nos recuerda como en las noches calurosas de verano, siendo él niño, dormía con su abuelo debajo de la higuera del corral, y mientras el sueño llegaba, se poblaba la noche con historias y sucesos que el abuelo le iba contando, historias de sus antepasados y otras inventadas que le mantenían despierto al tiempo que la noche le acunaba suavemente y le llegaba el sueño. Historias contadas por el más sabio que había conocido aunque no sabia ni leer ni escribir.
De ahí nacería mas tarde su amor por la literatura.
El discurso de Vargas Llosa ante la academia sueca es a mi juicio más denso, más amplio, y con más contenido. Invito a leerlo porque es toda una lección de sabiduría y de humanidad.
Por lo que respecta a los seguidores del Blog debo decirles que comienza con un recuerdo cariñoso para aquel hermano de la Salle, Justiniano, que le enseñó a leer en Cochabanba.
Leer es la cosa más importante que me ha pasado en mi vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez como esa magia, traducir las palabras en imágenes enriqueció mi vida rompiendo las barreras del espacio y del tiempo y permitiendo viajar con el Capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino. La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueños y ponía al alcance del pedacito de hombre que yo era en el universo de la literatura.
Mi madre me contaba que mis primeros escritos fueron continuación de las historias que leía pues sentía pena de que se acabaran. Al cabo de los años me he dado cuenta, que sin saberlo, mientras crecía, maduraba y envejecía lo que hace el escritor es continuar prolongando en el tiempo las historias aprendidas en la infancia con su esaltación y sus aventuras.
A continuación habla de sus maestros y donde bebió la buena literatura . Cervantes, Faulkuer, Dichens, Balzas, Camús Sartre y tantos otros de cuyas obras aprendió el oficio de escritor.
Porque la buena literatura - sigue diciendo - tiende puentes entre gente distintas, y haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, une por debajo de las lenguas,creencias, costumbres y prejuicios que nos separan. La literatura crea una fraternidad entre grupos, gentes distintas dentro de la diversidad humana.
Muchas cosas más dice nuestro amigo Mario, que quizás no se identifiquen con la ideología del blog.
Hay un momento en el que Mario no se puede contener, así que fue leyendo a trompicones, entre hipidos y lágrimas llenas de emoción, hasta que alcanzó la cuesta final de ese párrafo, lo que le da más categoría humana a este escritor, es el párrafo dedicado a su mujer.
" El Perú es Patricia, la prima de naricita respingona y carácter indomable con la que tuve la fortuna de casarme hace cuarenta y cinco años y soporta las manías, neurosis y rabietas que me ayudan a escribir......Ella hace todo y todo lo hace bien.....Pone orden en el caos, administra mi tiempo, y es tan generosa que hasta cuando me riñe, me hace el mejor de los elogios: Mario para lo único que tu sirves es para escribir."
Y suspirando fuerte para coger aire limpió sus lágrimas y en medio del aplauso continuó su discurso. Al bajarse del atril comentó "¡Y yo que nunca lloro!".
En este Elogio de la Lectura y de la Ficción , nos hace nuestro compañero Gabriel un estupendo resumen de los discurso, de SARAMAGO , y VARGAS LLOSA. Nuestro reciente Premio Nobel .
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