En la ciudad de Granada
grandes alaridos dan,
unos llaman a Mahoma,
otros a la Trinidad.
Por un cabo entran las cruces,
de otro sale el Alcorán;
donde antes se oían cuernos
campanas se oyen sonar.
El Te Deum Laudamus se oye
en lugar de Alá, Alá, Alá.
Este bonito romance nos lo envía Carlos.
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