UN NOMBRE PARA EL MUNDO
Cansado de esta vida que palpita,
que llora sin cesar y a coro canta;
me encuentro como un niño que se espanta
en noche de tormenta que se agita.
Con esfuerzo tenaz, busco infinitas
salidas para oír a mi garganta,
pero el nudo infernal se me agiganta
y en su terca idiotez se debilita.
Y bogo sin cesar por el desierto
rodeado de olores nauseabundos
de mentira y verdad todo revuelto.
A codazos y a gritos iracundos,
voy cruzando el planeta de los muertos:
! Que nombre más bonito para el mundo!
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Revidiego de "Sonetos y sonetillos"
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