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Al potente timbre, de una voz gitana,
se adormece la noche en la Plazuela,
cuando el incienso por el aire vuela
al compás de la saeta jerezana.
La voz fue como el eco en la campana
como el sabor del roble, que en la duela,
va dejando en el vino sus secuelas
y al cante como un dios en su peana.
Esa voz clara, como la luz, espera
que venga el día y nazca otra mañana
y soñar con Jerez de la Frontera.
Miraré al Cielo y brillará una estrella
que a la noche le prestará su brillo
y se hará fuerte en el Rincomalillo
soñando con la voz más saetera.
Al eco de esa voz, que es puro hechizo,
Cristos y Dolorosas suben la escalera
que les lleva hasta el magno Sacrificio.
Que fue tu voz; que voz tan altanera
la que se fue a vivir un compromiso
al Cielo con Jerez de la frontera.
Fue ella y su abolengo, la Madrina,
quien te llenó de duende y alegría
y al cantar las grandiosas bulerías
dejó su corazón en cada esquina.
No llorad, que su voz nunca se ha ido
y en más de un corazón como bandera
grabaron este nombre y apellidos:
Francisca Méndez Garrido: LA PAQUERA.
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Jerez de la Frontera, 2 de abril de 2009
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Nuestro amigo y compañero Manolo nos manda este poema ¡¡ precioso!!
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