La dulce MARÍA, haciendo un esfuerzo, vino con dos zapatos distinto para deleitarnos con su presencia. había leído LA SONRISA ETRUSCA del escritor, humanista y economista español JOSÉ LUIS SAMPEDRO SÁEZ, que aboga por una economía más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos. Una antigua obra de 1985 que ya ha sido reseñada en otras reuniones. Leyó también LA SOMBRA DEL ÁNGEL, de la escritora MARINA MAYORAL. En la sombra del ángel, la autora mezcla una vez más vida y literatura: Navegantes solitarios, ángeles veleidosos, sirenas en forma de mujer, personas como usted y como yo, que también podemos ser ángeles y navegantes aventureros y seductoras sirenas si el Ángel o una novelista fantasiosa se cruzan en nuestro camino. Amores, deseos nunca satisfechos, esperanza inmune al desaliento, nostalgia de un bien que nunca llegaremos a poseer completo... Personajes entrañables, humor y ternura. El una vuelta a la juventud, que también conserva, releyó a SALGARI. La obra LA VENGANZA DE... fue una de sus novelas de aventuras. Ascendido a mayor conocimiento, para la nueva juventud, por Sandokan, Emilio Salgari que nació en Verona, el 21 de agosto de 1862, y falleció en Turín, el 25 de abril de 1911, fue hijo de una familia de comerciantes, de joven sirvió a bordo de un barco que recorrió la costa Adriática y Mediterránea, pero no hay pruebas de que hiciera más viajes por mar, aunque aseguraba que los lugares exóticos que aparecían en sus libros se basaban en sitios que había visitado personalmente. Sus novelas, llenas de acción, fueron muchas. Pero a pesar de su éxito, vivió en una relativa miseria que, junto con el desequilibrio mental de su esposa, la actriz de teatro Ida Peruzzi, con quien tuvo cuatro hijos, lo condujo a suicidarse en 1911 realizando el rito tradicional del Hara-Kiri. Escribió en total ochenta y cuatro novelas e incontables relatos.
Y terminó con sus famosas frases, de las que tanto gusta. Algunas de ellas:
Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿Por qué no el corazón?, ( del Che Guevara.)
Dios juzga al árbol por sus frutos y no por sus raíces, (de Paulo Coehlo)
Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, pero ninguna simulación puede durar largo tiempo. (de Marco Tulio Cicerón )
Hay una cosa muy bonita: Compartir la alegría de amar, (de la madre Teresa de Calcuta)
Y con esto ya terminamos el resumen de nuestra reunión. La próxima posiblemente será ya el la sede de la Universidad. Nuestra bloguera de lujo nos comunicará la fecha, hora y lugar. Cariñosos saludos a todos y todas (tod@s).
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