Los muros
que nos aprisionan
son mentales,
no reales.
Un oso recorría constatemente,
arriba y abajo
los seis metros de largo de la jaula.
Cuando, al cabo de cinco años, quitaron la jaula,
el oso siguió recorriendo arriba y abajo
los mismos seis metros, como si aún estuviera en la jaula
.......... y lo estaba...........para él...
Enviado por Carlos.
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