Armarse la marimorena: Describe una gran algarabía, o, mucho alboroto, con disputas, reyertas, voces y golpes. Es común explicar esta expresión de acuerdo con la pretendida historia de una mesonera llamada María, o María Morena. Tabernera de fuerte carácter, regañona y amiga de pendencias. Esta historia sugiere que a mediados del siglo XVI había una taberna en Madrid regentada por esta mujer y su esposo, un tal Alonso de Zayas. Estos mesoneros guardaban el mejor vino para sus clientes distinguidos y ofrecían el de menos calidad al vulgo. En cierta ocasión parece que los clientes se enfadaron y quisieron probar el vino bueno, a lo que la fornida mesonera se negó en redondo. La disputa fue fenomenal que no quedó mesa sana ni silla en que sentarse, y los golpes y las puñadas se repartieron con tanto ímpetu que sólo la llegada de los alguaciles pudo disolver la cuestión. La fama de aquella trifulca prosperó y por esta razón se habla hoy de esta mesonera. Ahora bien, a la mayoría de las taberneras y venteras de aquella época se les llamaba María (como Mari Tornes) y es el nombre tópico de las mozas de las posadas,también. Acostumbradas al trasiego de huéspedes y viajeros, estas mozas (asturianas, muchas veces) solían envolverse en disputas y querellas con los hombres cargados de vino y con pocos escrúpulos. La expresión, por tanto, bien puede hacer referencia a la esposa de Alonso de Zayas, o a cualquier otra, dado que Marías eran todas o casi todas las taberneras, y "morena" es la forma típica de llamar a una moza española.
Aunque tenemos una María rubia. Esto lo dice nuestro amigo Carlos, que nos manda este dicho popular. Me gustaría que todos participarais en nuestro blog, ya que es de todos, y para todo el grupo literario. Con cariño Mercedes
viernes, 17 de septiembre de 2010
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